¿Te dijeron que tu embarazo es de alto riesgo y no sabes qué hacer? Tal vez buscaste en internet embarazo de alto riesgo qué hacer esperando respuestas claras. Entiendo que recibir este diagnóstico puede ser abrumador y, en muchos casos, desestabilizador a nivel emocional.
Por eso, en este artículo quiero ofrecerte una visión integral: qué hacer desde el punto de vista clínico, pero también cómo manejar el impacto psicológico de un embarazo de alto riesgo que muchas veces se deja de lado. Porque tu salud mental es tan importante como cualquier indicador médico durante el embarazo.
¿Qué es un embarazo de alto riesgo?
Probablemente ya tengas una idea de lo que significa este término, especialmente si estás viviendo uno. Aún así, vale la pena recordarlo brevemente: hablamos de embarazo de alto riesgo cuando existen factores médicos, físicos o emocionales que aumentan la probabilidad de complicaciones para ti o para tu bebé.
No se trata de un diagnóstico definitivo ni de una sentencia negativa, sino de una señal que indica que se necesita un mayor nivel de seguimiento, control y cuidado. En muchos casos, con una atención médica adecuada y un acompañamiento emocional constante, es posible llevar este tipo de embarazo de forma segura y con buenos resultados.
Embarazo de alto riesgo: lo primero que debes hacer es seguir las indicaciones médicas
Cuando te enfrentas a un embarazo de alto riesgo, lo primero y más importante es seguir al pie de la letra las indicaciones del equipo médico que está a cargo de tu cuidado. No hay dos embarazos iguales, y lo que le funciona a una mujer puede no ser adecuado para otra. Por eso, confiar en el criterio profesional es la base para tomar decisiones seguras y personalizadas.
Además, los controles médicos más frecuentes, los exámenes específicos y las recomendaciones de reposo o alimentación no son exageraciones: son medidas diseñadas para cuidar tu salud y la de tu bebé en este momento particular.
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Confía en tu equipo médico durante un embarazo de alto riesgo
Una de las cosas más difíciles al recibir este diagnóstico es entregarse a la guía de otros cuando uno siente que ha perdido el control. Pero quiero decirte algo con toda la honestidad que me da la experiencia clínica: confiar en tu equipo médico no significa rendirse, sino apoyarte en profesionales que quieren lo mismo que tú —un embarazo lo más seguro posible.
Si en algún momento sientes dudas, no temas pedir aclaraciones. Tener información clara también es una forma de calmar la ansiedad.
Evita la automedicación y los consejos no profesionales
En estos momentos, es común que aparezcan recomendaciones “bien intencionadas” de familiares, amigas o internet. Pero en un embarazo de alto riesgo, esos consejos pueden confundir más que ayudar —o incluso ser contraproducentes.
Evita automedicarte, cambiar tu dieta drásticamente o probar remedios “naturales” sin la aprobación de tu médico. Aunque parezcan inofensivos, esos cambios pueden interferir con los tratamientos o poner en riesgo el embarazo. Si tienes dudas o curiosidad por algo que escuchaste, coméntalo con tu especialista antes de tomar cualquier decisión.
Cómo saber si un consejo es profesional:
- Viene de tu médico tratante o de un profesional de salud con formación específica (ginecólogo, obstetra, psiquiatra perinatal, nutricionista especializada en embarazo, etc.).
- Está basado en evidencia científica, no en creencias, experiencias personales o “remedios caseros”.
- Es personalizado y toma en cuenta tu historial clínico y las características específicas de tu embarazo.
- No contradice las indicaciones médicas que ya has recibido.
- Se presenta con responsabilidad, sin promesas milagrosas ni soluciones “rápidas”.
- Puedes verificarlo en fuentes confiables como sociedades médicas, publicaciones científicas o instituciones de salud reconocidas.
Si algo te genera dudas, lo mejor es no actuar de inmediato. Tómate un momento, consúltalo con tu equipo médico y recuerda que cuidar de ti también es proteger a tu bebé.

La salud emocional también importa (mucho) en un embarazo de alto riesgo
Cuando hablamos de embarazo de alto riesgo, es fácil que toda la atención se centre en lo físico y en lo clínico. Pero hay algo que no siempre se dice con suficiente claridad: tu salud mental también está viviendo un momento desafiante, y merece el mismo cuidado.
He visto muchas mujeres enfrentarse a este diagnóstico con un nudo en el pecho, con miedo, con culpa, sintiéndose frágiles o incluso “inadecuadas”. Y quiero que sepas esto: sentirte así no significa que estés siendo débil, significa que eres humana. Reconocer lo que sientes es el primer paso para empezar a cuidarte de forma integral.
El impacto emocional de diagnóstico de embarazo de alto riesgo
Recibir la noticia de que tu embarazo es considerado de alto riesgo puede detonar un torbellino emocional. Algunas mujeres sienten miedo intenso, otras se culpan o se preguntan si hicieron algo mal. También puede aparecer la ansiedad constante, el insomnio, la incertidumbre o una sensación de que todo se salió de control.
Y aunque cada mujer lo vive de forma distinta, hay algo que se repite: la presión por mantenerse fuerte. Pero déjame decirte algo con total claridad: no tienes que demostrar nada a nadie. Permitirte sentir, llorar, hablar de tus miedos o pedir ayuda, no te hace menos madre. Te hace una mujer consciente de sus emociones, y eso es un acto de valentía.
Cómo cuidar tu salud mental en un embarazo de alto riesgo
Así como acudes a tus controles médicos, también puedes cuidar tu salud mental de forma activa. Aquí te comparto algunas recomendaciones que suelo dar en consulta, y que han sido útiles para muchas mujeres en situaciones similares:
Busca acompañamiento profesional en salud mental perinatal
Una psicóloga o psiquiatra con experiencia en embarazo puede ayudarte a manejar emociones intensas, tomar decisiones con mayor claridad y sentirte más contenida durante el proceso.
Practica técnicas de regulación emocional
No necesitas sesiones largas ni herramientas complejas. Ejercicios simples de respiración consciente, mindfulness adaptado al embarazo o llevar un diario emocional (journaling) pueden ayudarte a bajar la intensidad de la ansiedad.
Rodéate de una red de apoyo confiable
Habla con tu pareja, familiares cercanos o incluso busca grupos de apoyo de mujeres que están pasando por lo mismo. A veces, solo escuchar “yo también me sentí así” puede darte un gran alivio.
Limita el consumo de información alarmista
Las búsquedas constantes en internet, los foros sin control o los testimonios extremos pueden alimentar tus miedos. Elige informarte con fuentes confiables, y si algo te preocupa, coméntalo con tu equipo médico.
Cuidar tu cuerpo también es cuidar tu mente durante un embarazo de alto riesgo
Tu bienestar emocional y tu salud física están profundamente conectados. Cuando tu cuerpo se siente sostenido, tu mente también puede descansar un poco. Por eso, intenta que en tu rutina haya espacio para:
- Descansar todo lo que necesites, sin culpa. El cuerpo gestante, especialmente en condiciones de riesgo, necesita más pausas y más cuidado.
- Alimentarte de forma nutritiva y flexible, siguiendo las indicaciones del equipo médico, pero sin caer en extremos. Comer bien también es una forma de autocuidado emocional.
- Moverte suavemente, si tu condición lo permite. Actividades como estiramientos guiados o caminatas breves pueden ayudarte a liberar tensión física y mental.
- Crear rutinas suaves, que te den estructura sin exigirte demasiado. Tener horarios flexibles, espacios tranquilos y momentos para ti puede ayudarte a sentir un poco más de control en medio de la incertidumbre.
Cuidar tu salud mental es una necesidad. Y en un embarazo de alto riesgo, priorizar tu equilibrio emocional puede marcar una gran diferencia en cómo vives esta etapa y cómo te preparas para la llegada de tu bebé.
No tienes que “ser fuerte todo el tiempo”. Puedo ayudarte a encontrar equilibrio y serenidad mientras cuidamos de ti y de tu bebé.
Estrategias para manejar el estrés en embarazos de alto riesgo: técnicas prácticas y apoyo profesional
Vivir un embarazo de alto riesgo también significa enfrentar el día a día con emociones intensas y, muchas veces, un nivel de estrés que puede llegar a ser abrumador. Y eso, por supuesto, afecta tu bienestar general.
El estrés sostenido puede alterar el sueño, influir en tu apetito, aumentar la ansiedad e incluso afectar tu relación con quienes te rodean. Por eso, contar con herramientas prácticas para manejarlo no es opcional: es parte del cuidado integral que mereces recibir durante esta etapa.
Aquí te comparto algunas estrategias que pueden ayudarte a transitar este momento con un poco más de calma y contención.
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Técnicas de regulación emocional
No se trata de “dejar de sentir”, sino de aprender a acompañar tus emociones de una manera más saludable. Las siguientes técnicas pueden ayudarte a bajar la intensidad del estrés y a recuperar, aunque sea por momentos, una sensación de mayor estabilidad:
Respiración consciente
Es una herramienta sencilla pero poderosa. Tomarte unos minutos para inhalar profundo por la nariz, sostener brevemente el aire y exhalar lentamente por la boca puede ayudarte a regular el sistema nervioso y salir del modo “alerta constante”. Puedes hacerlo acostada, sentada o incluso en la sala de espera del consultorio.
Mindfulness adaptado al embarazo
El mindfulness no tiene que ser complicado ni requerir sesiones largas. Puedes comenzar con ejercicios breves que te conecten con el presente: observar tu respiración, sentir el movimiento de tu cuerpo al caminar o simplemente comer con atención plena. El objetivo es ayudarte a anclarte en el aquí y ahora.
Escritura emocional (journaling)
Escribir lo que sientes sin filtro puede ser una forma muy efectiva de liberar tensiones internas. No necesitas redactar bonito ni escribir todos los días. Solo toma un cuaderno y permite que tus pensamientos salgan sin juzgarlos. Muchas mujeres encuentran alivio en poner palabras a lo que no se animan a decir en voz alta.
Visualización guiada o imaginativa
Escuchar audios o meditaciones guiadas que te inviten a imaginar lugares seguros o situaciones agradables puede ayudarte a contrarrestar los pensamientos catastróficos. Algunas apps de salud mental incluyen opciones específicas para embarazo.
Recuerda: no todas las técnicas funcionan igual para todas. Lo importante es probar y ver cuál se adapta mejor a tu forma de ser y a tu momento actual.
Rutinas saludables y autocuidado diario
En un embarazo de alto riesgo, tu rutina seguramente ya está atravesada por controles médicos, reposo u otras restricciones. Pero dentro de esas limitaciones, sigue siendo posible —y necesario— construir pequeños rituales de autocuidado que te ayuden a sostenerte emocionalmente.
Aquí algunas recomendaciones prácticas:

Mantén una estructura flexible del día
Tener horarios definidos para despertar, comer, descansar o realizar alguna actividad suave puede ayudarte a recuperar una sensación de orden. No hace falta que tu día esté lleno de tareas, pero sí que tenga cierto ritmo. La incertidumbre se vuelve más llevadera cuando hay algo predecible.

Cuida tu descanso
Dormir puede ser difícil cuando la ansiedad está presente. Intenta crear una rutina nocturna tranquila: apaga pantallas al menos una hora antes de dormir, realiza una respiración profunda en la cama o escucha sonidos relajantes. Si el insomnio persiste, habla con tu médico; hay opciones seguras para ayudarte.

Haz pequeñas pausas para ti
A veces, cinco minutos para tomar un té sin interrupciones, ponerte crema en la piel con atención o escuchar una canción que te guste pueden marcar una diferencia emocional. No subestimes el poder del autocuidado pequeño y constante.

Conecta con lo que te hace bien
Puede ser leer, tejer, ver una serie tranquila o simplemente hablar con alguien que te escuche sin juzgar. Prioriza momentos que te recarguen emocionalmente, sin exigencias de productividad.
Apoyo profesional en salud mental perinatal
Así como no dudarías en acudir al obstetra ante una molestia física, también es importante saber que puedes —y debes— buscar apoyo profesional si el estrés o la ansiedad se vuelven muy intensos.
Contar con el acompañamiento de un(a) profesional especializado(a) en salud mental perinatal puede ayudarte a:
- Procesar tus miedos con un enfoque clínico y humano.
- Identificar pensamientos automáticos que aumentan tu ansiedad.
- Crear herramientas personalizadas para enfrentar el día a día.
- Tomar decisiones importantes desde un lugar más estable.
- Cuidar también tu vínculo con el bebé, que muchas veces se ve afectado por el estrés o el miedo al apego.
Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de inteligencia emocional. No tienes que atravesar este camino sola. La salud mental también es salud materna.
¿Cuándo buscar ayuda profesional en salud mental durante un embarazo de alto riesgo?
Estar emocionalmente removida durante el embarazo —y más aún en un embarazo de alto riesgo— es algo esperable. Pero eso no significa que tengas que atravesarlo sola. Buscar apoyo psicológico o psiquiátrico no es un signo de fragilidad, sino de cuidado consciente. Así como atendemos al cuerpo con controles médicos, también podemos cuidar la mente con acompañamiento especializado.
Síntomas emocionales que no debes ignorar durante un embarazo de alto riesgo
Si bien cada mujer vive el embarazo de forma distinta, hay algunas señales que indican que podría ser útil —e incluso necesario— consultar con un profesional en salud mental perinatal. Presta atención si:
- Sientes una ansiedad constante o paralizante, que no cede ni con descanso ni con distracciones.
- Te cuesta dormir por pensamientos repetitivos o preocupaciones excesivas.
- Aparece una sensación de culpa persistente, sin una causa clara o desproporcionada.
- Experimentas episodios de llanto frecuente o cambios de ánimo extremos.
- Tienes pensamientos negativos intrusivos, relacionados contigo, tu cuerpo o tu bebé.
- Te sientes desconectada emocionalmente del embarazo, como si no pudieras vincularte con lo que estás viviendo.
- Has perdido el interés por todo lo que antes disfrutabas, o te cuesta encontrar motivación.
- Sientes que estás “en piloto automático” o sobreviviendo, sin espacio para ti.
Si algo de esto te resuena, por favor no lo minimices. Lo que estás sintiendo importa, y merece atención.
Beneficios de consultar con una psiquiatra perinatal durante un embarazo de alto riesgo
Como psiquiatra especializada en salud mental perinatal, mi enfoque no es solo clínico, sino también profundamente humano. Entiendo que cada embarazo es único, y que detrás de cada mujer hay una historia, un cuerpo, una familia y muchas emociones entrelazadas.
Buscar ayuda profesional puede ofrecerte:
- Un espacio seguro y sin juicio para hablar de tus miedos, tu frustración o tus dudas.
- Herramientas concretas para manejar la ansiedad, regular el estrés y mejorar tu bienestar diario.
- Acompañamiento si hay que considerar tratamiento farmacológico —siempre con evaluación individual y con total respeto por tu embarazo y tus decisiones.
- Apoyo para fortalecer tu vínculo con el bebé, incluso en medio de la incertidumbre médica.
- Una forma de cuidarte también a ti, no solo al bebé, porque una mamá emocionalmente contenida también cuida mejor.
A veces, el acto más valiente es decir en voz alta: “No puedo sola”. Y está bien. Porque no tienes que poder con todo. Pedir ayuda también es maternar.
¿Te preguntas embarazo de alto riesgo qué hacer? Contacta a una especialista en psiquiatría perinatal
Llegar a este punto del artículo ya es un acto de cuidado hacia ti misma. Significa que estás buscando respuestas, contención y herramientas para atravesar un momento que no es fácil. Y quiero que te lleves un mensaje muy claro: no tienes que hacerlo sola.
Un embarazo de alto riesgo no define tu fortaleza ni tu capacidad como mamá. Tampoco invalida tu experiencia, aunque sea diferente a la que imaginaste. Es solo una forma distinta de transitar esta etapa, con más acompañamiento, más atención y, ojalá, más espacios donde también puedas sentirte escuchada.
Atiendo consultas presenciales en Bogotá y también virtuales, estés donde estés
Si sentiste que lo que leíste aquí conectó contigo, y estás buscando un acompañamiento emocional profesional durante tu embarazo, quiero que sepas que puedo acompañarte tanto de forma presencial como virtual.
En Bogotá, tengo espacio para consultas presenciales, donde podemos trabajar juntas con tranquilidad y privacidad.
Si estás en otra ciudad o prefieres la comodidad de tu casa, también ofrezco consultas virtuales. Esta opción ha sido especialmente útil para muchas mujeres en reposo médico o con restricciones de movilidad.
Mi enfoque es siempre integral, humano y personalizado. No solo hablaremos de síntomas, también de cómo te estás sintiendo y de qué necesitas para atravesar esta etapa con mayor claridad y contención.
Preguntas frecuentes sobre qué hacer en un embarazo de alto riesgo
¿Cuándo es un embarazo de alto riesgo?
Hablamos de embarazo de alto riesgo cuando existen condiciones médicas, físicas o emocionales que aumentan la probabilidad de complicaciones para la mamá o el bebé.
Esto puede identificarse antes o durante el embarazo: por ejemplo, en mujeres con hipertensión, diabetes, antecedentes de pérdidas, embarazos múltiples o edad materna avanzada.
En estos casos, el control médico debe ser más frecuente y cuidadoso, pero con un seguimiento adecuado, muchos embarazos de alto riesgo tienen resultados positivos.
¿Cuáles son los cuidados del embarazo de alto riesgo?
Los cuidados del embarazo de alto riesgo deben adaptarse a cada mujer y su situación médica. Generalmente incluyen controles prenatales más seguidos, vigilancia de la presión arterial, alimentación equilibrada, descanso suficiente y evitar el estrés excesivo.
También es clave el cuidado emocional: aprender a manejar la ansiedad, pedir ayuda y mantener una comunicación constante con el equipo médico.
¿Qué cuidados requiere un embarazo de alto riesgo?
Los cuidados del embarazo de alto riesgo van más allá de lo físico. Incluyen seguir las indicaciones del obstetra, no automedicarse, y atender también la salud mental.
Dedica tiempo al descanso, practica ejercicios suaves si tu médico lo autoriza y busca acompañamiento psicológico o psiquiátrico perinatal si te sientes abrumada. El equilibrio emocional es parte esencial de los cuidados.
¿Qué es un embarazo de alto riesgo?
Un embarazo de alto riesgo es aquel que presenta una probabilidad mayor de complicaciones para la madre, el bebé o ambos, debido a factores médicos o de contexto.
No significa que algo vaya a salir mal, sino que requiere una supervisión más estrecha y personalizada. Con atención médica oportuna y apoyo emocional, es posible llevarlo de forma segura.
¿Qué significa tener reposo por embarazo de alto riesgo?
El reposo por embarazo de alto riesgo es una recomendación médica que busca disminuir el esfuerzo físico y reducir riesgos. Puede variar desde limitar actividades hasta guardar reposo casi total, según cada caso.
Durante este tiempo, es importante cuidar también el bienestar emocional: mantener rutinas suaves, distraerte con actividades tranquilas y, si el reposo te genera ansiedad, buscar acompañamiento psicológico.
¿Cuáles son los principales factores de un embarazo de alto riesgo?
Los factores de un embarazo de alto riesgo pueden ser médicos, biológicos o contextuales. Algunos de los más comunes incluyen:
Hipertensión o preeclampsia.
Diabetes antes o durante el embarazo.
Problemas de tiroides o cardíacos.
Edad materna menor de 18 o mayor de 35 años.
Embarazos múltiples.
Antecedentes de abortos o partos prematuros.
Estrés o depresión durante el embarazo.
Cada factor requiere una vigilancia especial y un plan de cuidado integral.
¿Qué significa la supervisión de embarazo de alto riesgo sin otra especificación?
El término “supervisión de embarazo de alto riesgo sin otra especificación” se utiliza en medicina y en documentos clínicos cuando una mujer necesita seguimiento más frecuente, pero no se detalla la causa específica.
En otras palabras, implica que el embarazo requiere monitoreo preventivo, aunque no exista una condición médica clara en ese momento. Es una forma de garantizar que todo evolucione adecuadamente.
¿Qué especialista trata el embarazo de alto riesgo?
El especialista en embarazo de alto riesgo suele ser un obstetra materno-fetal, encargado del control médico y de los exámenes especializados.
Sin embargo, el enfoque más completo incluye también otros profesionales: nutricionistas, fisioterapeutas y psiquiatras perinatales, como yo, que ayudamos a cuidar el aspecto emocional.
El acompañamiento integral es clave para el bienestar físico y mental de la madre y el bebé.