Duelo perinatal ¿Cómo afrontar la pérdida de un bebé?
Si has perdido a tu bebé, quiero que sepas que tu dolor importa. Sé que no hay palabras que puedan abarcar la inmensidad de lo que estás sintiendo. Perder a un hijo durante el embarazo, en el parto o poco después de nacer es una herida profunda, invisible para muchos, pero imposible de ignorar para quien la vive.
Tal vez te han dicho que “no era el momento”, que “ya vendrán otros”, o que “no era un bebé aún”. Tal vez has sentido que el mundo sigue como si nada, mientras tú apenas puedes respirar. Si es así, quiero decirte algo importante: tu dolor es real, tu pérdida es válida, y no tienes que atravesarla sola/o.
Como psiquiatra perinatal, he acompañado a muchas personas que han vivido el duelo por la pérdida de un bebé. Y he aprendido que este tipo de dolor no se supera, se transita, paso a paso, con amor, con apoyo y con un profundo respeto por lo que significó ese hijo en tu vida.
En este blog quiero ofrecerte un espacio de comprensión y cuidado. Aquí hablaremos del duelo perinatal con sensibilidad, sin tabúes, sin presiones. Porque tu historia merece ser escuchada, y tú mereces ser acompañada/o con respeto, presencia y compasión.
¿Qué es el duelo perinatal y cuándo ocurre?
El duelo perinatal es el proceso emocional que atraviesan madres, padres y familias tras la pérdida de un bebé durante el embarazo, el parto o poco tiempo después del nacimiento. Puede ocurrir en cualquier momento del ciclo perinatal, desde una pérdida temprana hasta los primeros meses de vida del recién nacido.
Es una vivencia profunda, íntima y muchas veces incomprendida por el entorno. Lo que hace este duelo tan particular no es solo la muerte del bebé, sino también la ruptura de un vínculo emocional que ya se había empezado a construir, las expectativas puestas en ese hijo, el rol de madre o padre que se estaba gestando, y el futuro imaginado que, de repente, se desvanece.
Tipos de pérdida perinatal
Existen diferentes formas en las que puede presentarse una pérdida perinatal, y cada una conlleva su propio proceso emocional:
Tipo de pérdida perinatal | Descripción |
---|---|
Aborto espontáneo | Ocurre cuando el embarazo termina de forma natural antes de la semana 20 de gestación. Puede deberse a múltiples factores, como alteraciones genéticas o problemas hormonales, y suele ser una experiencia inesperada y dolorosa para la madre y su entorno. |
Aborto inducido por razones médicas | Se realiza por recomendación médica cuando la vida de la madre está en riesgo o el bebé presenta anomalías graves incompatibles con la vida. Aunque sea una decisión necesaria, suele vivirse con una profunda carga emocional y sentimientos encontrados. |
Embarazo ectópico | Es cuando el embrión se implanta fuera del útero, usualmente en las trompas de Falopio. Este tipo de embarazo no es viable y representa una urgencia médica. La pérdida suele venir acompañada de miedo, dolor físico y emocional, y decisiones urgentes. |
Muerte fetal intrauterina | Ocurre cuando el bebé fallece dentro del útero después de la semana 20. Esta pérdida suele ser especialmente impactante por el vínculo emocional ya desarrollado y por la expectativa cercana al nacimiento. |
Muerte durante el parto o inmediatamente después | Es la pérdida del bebé justo en el momento del nacimiento o pocos minutos después. Se da en medio de un entorno preparado para recibir vida, y su impacto emocional es devastador para los padres y cuidadores. |
Muerte neonatal | Es el fallecimiento del bebé durante los primeros días o semanas de vida. Puede estar asociado a complicaciones médicas, enfermedades congénitas o situaciones inesperadas después del parto. Es una pérdida difícil de entender y muy dolorosa para las familias. |
Cada una de estas pérdidas representa una interrupción abrupta del vínculo y puede generar un duelo profundo, incluso si el embarazo no había avanzado mucho. La intensidad del dolor no depende del tiempo de gestación, sino del significado emocional que tenía ese hijo o esa hija para ti.

Emociones que es normal sentir en el duelo por la pérdida de un bebé
Las emociones que surgen tras la pérdida de un bebé son tan variadas como legítimas. Puedes sentir una tristeza que no se parece a nada que hayas vivido antes, una sensación de vacío en el cuerpo y en el alma. Es común experimentar:
Incredulidad
Puede que al principio sientas que lo ocurrido no es real. Es como si estuvieras viviendo una pesadilla de la que en cualquier momento vas a despertar. Esta sensación de desconexión con la realidad es una forma en la que la mente se protege del impacto. Algunas personas continúan hablando como si el embarazo siguiera en curso o evitan usar palabras que hagan referencia directa a la muerte. No es negación, es una pausa emocional para poder asimilar lo que pasó.
Culpa
Una de las emociones más frecuentes —y más duras— es preguntarse: ¿Qué hice mal? ¿Pude haber evitado esto? La mente busca una explicación, incluso si no la hay. Puedes culparte por lo que comiste, por haber trabajado, por no haber notado algún síntoma, o simplemente por no haber “protegido” a tu bebé. Esta culpa, aunque dolorosa, suele ser irracional. Es una manifestación del amor y del deseo profundo de haber podido evitar la pérdida.
Enojo
Puede haber una rabia intensa, dirigida hacia distintas personas o situaciones: hacia tu propio cuerpo por “fallarte”, hacia los profesionales de la salud, hacia quienes te dicen frases vacías sin entender tu dolor, o incluso hacia la vida o el universo por haber permitido que esto ocurriera. El enojo también puede volverse interno, generando un diálogo autocrítico muy fuerte. Reconocer y expresar esta emoción, sin juzgarla, es parte del proceso de sanar.
Confusión o desconexión
Muchas personas sienten que están flotando, como si no pudieran ubicarse emocionalmente. Puede costar concentrarse, tomar decisiones o seguir con las rutinas diarias. Esta confusión se acentúa cuando el entorno no valida la pérdida, cuando te dicen que “no era un bebé aún”, o cuando esperan que “ya estés bien” en poco tiempo. Esa desconexión puede sentirse como una especie de “anestesia emocional” para sobrevivir.
Ansiedad o temor frente a la posibilidad de un nuevo embarazo
Si estás pensando en volver a intentarlo, o incluso si aún no lo estás considerando, es normal que aparezcan el miedo, la duda y la ansiedad. El cuerpo recuerda. La experiencia previa deja una marca emocional, y muchas veces vivir un nuevo embarazo se percibe como caminar sobre terreno frágil. No hay que apresurarse. El deseo de volver a ser madre o padre puede convivir con el miedo, y ambos sentimientos merecen ser escuchados con cuidado.
Síntomas físicos y psicológicos del duelo por la pérdida de un bebé
El duelo perinatal no solo se siente en el corazón y en la mente; también se manifiesta en el cuerpo. Muchas mujeres y personas que viven esta pérdida reportan síntomas físicos intensos, aunque a menudo no los asocien directamente con el duelo. Estos síntomas no son “debilidad” ni “exageración”; son formas en las que el cuerpo expresa lo que las palabras a veces no pueden nombrar.
Fatiga constante, aunque duermas
Puedes sentirte agotada desde que te despiertas, incluso si dormiste varias horas. Esta fatiga no se alivia con descanso, porque no se trata solo de cansancio físico: es el peso del dolor emocional que carga tu cuerpo. Estás haciendo un esfuerzo enorme por mantenerte de pie, por contener tus emociones, por seguir funcionando en medio del vacío. Eso también cansa, y mucho.
Dificultad para dormir o, por el contrario, dormir en exceso
El sueño puede volverse esquivo o desbordarse. Algunas personas tienen insomnio, ya sea por pensamientos que no paran, por recuerdos que duelen o por ansiedad generalizada. Otras sienten la necesidad de dormir muchas horas al día como una forma de escapar de la realidad. Ambas reacciones son comunes y válidas: tu cuerpo está intentando autorregularse como puede.
Pérdida o aumento del apetito
Puede que no tengas hambre en absoluto, que la comida te sepa a nada, o que incluso sientas náuseas. O al contrario, puedes notar que comes más de lo habitual, buscando calmar el malestar emocional a través de la comida. El duelo desorganiza las rutinas básicas, y el apetito es una de las primeras cosas que se ve afectada. Lo importante aquí es observarte sin juicio y tratar de cuidar tu cuerpo con amabilidad.
Llanto frecuente o sensación de nudo en la garganta
Llorar es una respuesta humana al dolor, y en el duelo perinatal el llanto suele aparecer de forma espontánea, incluso en momentos inesperados. A veces, no logras llorar, pero sientes una presión constante en el pecho o un nudo en la garganta que no se va. Esa es la emoción buscando salida, aunque aún no encuentre las palabras para expresarse.
Dificultad para concentrarte, para tomar decisiones o incluso para recordar cosas simples
El cerebro en duelo funciona diferente. Puedes sentir que todo cuesta el doble, que te cuesta leer, trabajar, seguir una conversación o recordar cosas cotidianas. Esto no significa que estés perdiendo tus capacidades, sino que tu mente está enfocada en procesar una experiencia muy dolorosa. Es una reacción temporal, pero puede ser muy frustrante. Sé paciente contigo.
Aislamiento o desconexión emocional
Quizás no quieras ver a nadie, o sientas que nadie puede entenderte. Puede que incluso, sin quererlo, te distancies de tu pareja, familia o amistades. Esta necesidad de aislamiento no es necesariamente negativa: a veces es un espacio necesario para contenerte, para recogerte en ti misma. Sin embargo, si esta desconexión se prolonga mucho o te genera más sufrimiento, puede ser importante buscar acompañamiento terapéutico.

El duelo perinatal: Un proceso único y transformador
A lo largo de los años acompañando a familias en duelo, he aprendido que no hay una sola forma de transitar la pérdida de un bebé. Cada proceso es único, tan único como el vínculo que se formó con ese hijo o hija que ya no está. Por eso, es importante dejar de lado las ideas rígidas sobre “cómo debería ser el duelo” o “cuánto debería durar”, y comenzar a mirar este proceso con respeto, con compasión, y con apertura a la transformación.
El duelo perinatal no es lineal: Etapas y modelos útiles
Muchas personas llegan a consulta preguntando si es normal ir “para atrás” en su proceso, si está bien sentirse mejor un día y al siguiente no poder levantarse de la cama. La respuesta es sí: el duelo no es lineal, especialmente cuando hablamos de la pérdida perinatal.
Si bien algunos modelos teóricos pueden ayudarnos a entender lo que sentimos, es fundamental no usarlos como una lista de pasos que “debemos” seguir. Más que un camino recto, el duelo se parece a una espiral: podemos visitar las mismas emociones una y otra vez, pero cada vez desde un lugar diferente.
Modelo de Payás: Del choque a la transformación
Este modelo, propuesto por la psicoterapeuta Alba Payás, está especialmente diseñado para abordar duelos significativos y profundos, como el perinatal. Reconoce cuatro momentos clave:
Aturdimiento y choque
Es la primera reacción ante la pérdida. Muchas personas describen este momento como estar en una “nube”, sin poder asimilar lo que ha pasado.
Evitación y negación
Aparece la dificultad para conectar emocionalmente con el dolor. Algunas personas se enfocan en “seguir adelante” o en distraerse, como una forma de protegerse.
Conexión e integración
Es cuando comenzamos a permitirnos sentir, recordar, llorar y hablar de lo ocurrido. Empieza a haber espacio para comprender y resignificar la pérdida.
Crecimiento y transformación
Aunque al principio parezca imposible, muchas personas llegan a un lugar interno donde logran integrar la pérdida en su historia de vida, sin que esta defina su futuro ni borre su amor.
Este modelo no impone tiempos ni orden. Más bien, reconoce la profundidad emocional del duelo y nos ofrece herramientas para acompañarlo con respeto.
Aquí podrás saber más de los factores de riesgo de la depresión
Modelo dual del afrontamiento: Oscilar entre pérdida de un bebé y la adaptación
El modelo dual, desarrollado por Stroebe y Schut, propone que el duelo no es estar “todo el tiempo” en el dolor. En realidad, vamos y venimos entre dos tareas:
- Por un lado, conectar con la pérdida: sentir, recordar, llorar, nombrar.
- Por otro lado, adaptarnos a la nueva realidad: volver al trabajo, relacionarnos con los demás, reorganizar la vida sin ese hijo o hija.
Ambas tareas son necesarias, y oscilamos entre ellas constantemente. Algunos días estamos más en el dolor, otros días más en la acción. Lo importante es permitirnos ese movimiento sin culpa.
Factores que influyen en el proceso de duelo
El duelo perinatal nunca es igual para todos. Existen muchos factores que influyen en cómo se vive este proceso:
- La etapa del embarazo o edad del bebé al momento de la pérdida.
- La relación emocional previa con el bebé: desde cuándo se había comenzado a soñar con ese hijo, a hablarle, a imaginarlo.
- El acompañamiento del entorno: si hubo validación emocional o desautorización del dolor.
- Experiencias previas de duelo o trauma.
- La relación de pareja y el apoyo familiar o social.
- Creencias personales, espirituales o culturales en torno a la muerte y la maternidad.
Por eso es tan importante recordar: no hay una forma correcta de vivir el duelo. Hay formas tuyas, únicas, legítimas.
¿Quieres saber para qué sirve la psiquiatría perinatal? Aquí te lo cuento.
Sanar no es olvidar. Permíteme caminar contigo este proceso.
Transforma tu dolor en memoria y amor.
El impacto del silencio y la importancia de validar el duelo
Una de las heridas más profundas que acompaña al duelo perinatal no viene solo de la pérdida en sí, sino del silencio que la rodea. Muchas mujeres y familias me cuentan que, además del dolor, han tenido que enfrentar la indiferencia, la minimización o incluso el juicio por parte de su entorno. Y eso duele. Mucho.
A menudo, la sociedad no sabe cómo nombrar la muerte de un bebé que no alcanzó a nacer o que vivió poco tiempo. No hay rituales establecidos, no hay espacios sociales amplios que reconozcan ese vínculo, y por lo tanto, el duelo queda silenciado. Pero lo que no se nombra, no desaparece: se guarda, se esconde, y muchas veces se transforma en una herida invisible.
Frases que duelen: Cómo evitar invalidar el dolor
- "Tranquila, eres joven, puedes tener otro bebé".
- "Al menos fue temprano".
- "No llegaste a conocerlo".
Estas frases, aunque muchas veces se dicen con buena intención, pueden resultar profundamente hirientes. Lo que comunican, sin quererlo, es que el bebé no era importante, que el dolor no tiene derecho a existir, o que no vale la pena sufrir por algo que “no llegó a ser”.
Como psiquiatra perinatal, he visto cómo estas palabras pueden frenar el proceso de duelo, haciendo que la persona dude de su propio derecho a estar triste. Por eso, si estás acompañando a alguien en duelo, la mejor forma de ayudar es validar sin juzgar:
“Siento mucho tu pérdida. Estoy aquí si necesitas hablar. No sé qué decir, pero quiero escucharte.”
Reconocer al bebé y permitir el duelo: una necesidad emocional
No importa cuántas semanas de embarazo hubo, ni cuántos días vivió el bebé. Para ti, ese hijo o hija ya existía, ya era parte de tu historia, de tus planes, de tu corazón. Y perderlo merece duelo. Merece llanto, palabras, espacios de memoria, y sobre todo: merece reconocimiento.
Nombrarlo, escribirle una carta, guardar sus ecografías o una prenda, son formas de decir: sí exististe, sí fuiste amado/a, sí dejaste huella. Este reconocimiento no impide seguir adelante; al contrario, abre la puerta para sanar de manera profunda y amorosa.
El papel del entorno: escuchar, contener y acompañar
El entorno juega un papel fundamental. Un abrazo sin palabras, una presencia silenciosa, un mensaje que diga “pienso en ti” puede marcar una gran diferencia. A veces no hace falta decir nada complejo: basta con estar.
También es importante entender que cada persona vive el duelo de manera distinta. La pareja puede expresar el dolor de formas diferentes. Un familiar puede no saber cómo actuar. Pero lo esencial es abrir espacios para hablar, para llorar, para recordar sin miedo. Validar el duelo es decirle al otro: “tu dolor es real y no estás solo/a para cargarlo”.
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Buscando apoyo y sanando: No están solos
Atravesar el duelo perinatal puede ser una experiencia profundamente abrumadora. No solo por el dolor que genera la pérdida, sino también por la sensación de soledad que suele acompañarla. Muchas veces, el entorno no sabe cómo acompañar, o se espera que “superes” rápido algo que, en realidad, tiene un impacto emocional profundo y duradero.
Quiero que sepas algo muy importante: no tienes que atravesar esto en silencio, ni hacerlo todo sola o solo. Buscar apoyo no es signo de debilidad, es un acto de autocuidado y de amor hacia ti misma/o.
Familia, pareja y red cercana: claves para acompañar un duelo por pérdida de un bebé sin juzgar
Un primer paso puede ser permitirte hablar con personas de confianza. Contar lo que pasó, cómo te sientes, qué necesitas, aunque sea difícil. Habla con quienes te escuchen sin apurarte, sin juzgar, sin querer “arreglar” lo que no se puede arreglar.
También es importante cuidar la relación con tu pareja. Cada uno puede vivir el duelo de manera diferente, y eso a veces genera distancia o confusión. La comunicación abierta, la paciencia y el respeto por los tiempos del otro son esenciales. No hay una sola forma correcta de doler, pero sí muchas formas de acompañarse mutuamente.
Grupos de apoyo: compartir para llevar el duelo por pérdida de un bebé
Muchas familias encuentran alivio en compartir su experiencia con otras personas que han pasado por situaciones similares. Los grupos de apoyo para duelo perinatal ofrecen un espacio seguro, donde el dolor no se minimiza y donde las emociones son comprendidas desde la vivencia.
En estos espacios no necesitas explicar ni justificar tu tristeza. Puedes llorar, hablar, escuchar, simplemente estar. Saber que no eres la única persona que ha vivido esto puede ayudarte a sentirte acompañada/o y validada/o.
Acompañamiento terapéutico profesional: cuándo buscar ayuda
En algunos momentos, el dolor puede sentirse tan intenso que parece imposible de sostener. O puede que, con el paso del tiempo, sigas sintiendo que no puedes reconectar contigo, con tu entorno o con tus proyectos.
Ahí es donde el acompañamiento terapéutico puede hacer una gran diferencia.
Como psiquiatra perinatal, te ofrezco un espacio confidencial, cálido y especializado, donde puedes hablar de tu pérdida sin miedo, sin juicios y con total libertad. Juntas/os trabajaremos en comprender tu proceso, en encontrar recursos internos, en dar lugar al dolor sin dejarte sola/o con él, y en comenzar a integrar esa ausencia desde un lugar amoroso y real.
Si sientes que necesitas apoyo, estoy aquí para acompañarte.
Puedes agendar una consulta conmigo de manera presencial en Bogotá o virtual desde cualquier lugar. Tu dolor merece ser escuchado. Y tú, acompañada/o con respeto, cuidado y humanidad.
¿Has vivido la pérdida de un bebé? Estoy aquí para acompañarte
Soy la Dra. Paola Martínez, psiquiatra con especialización en salud mental perinatal. A lo largo de mi práctica he acompañado a muchas mujeres, parejas y familias que han experimentado uno de los dolores más profundos: el duelo por la pérdida de un bebé.
Sé que no existen palabras que alivien por completo ese vacío, pero también sé —porque lo he visto muchas veces— que el acompañamiento profesional, compasivo y sin juicios puede transformar la forma en que se vive este proceso.
Desde mi consultorio en Bogotá —o de manera virtual, si estás en otra ciudad o país— te ofrezco un espacio seguro donde puedas hablar de lo que sientes, reconstruirte emocionalmente y honrar tu pérdida desde el amor, no desde el silencio ni la culpa.
Mi enfoque combina la empatía profunda con tratamientos respaldados por evidencia científica, en un entorno que respeta tus tiempos y tu historia. Juntas/os trabajaremos para que puedas integrar tu duelo, recuperar tu equilibrio emocional y encontrar nuevamente sentido y calma.

No estás sola. No estás solo. Si sientes que es momento de pedir ayuda, te invito con todo mi corazón a que te pongas en contacto conmigo.
- Consultas presenciales en Bogotá
- Consultas virtuales para cualquier lugar del mundo
- Teléfono y WhatsApp: +57 305 779 9220
- Agenda tu cita en: drapaolamartinezpsiquiatra.com
Preguntas frecuentes sobre duelo pérdida de un bebé
¿Es normal sentir ansiedad durante el embarazo?
Superar no siempre significa olvidar. El duelo por la pérdida de un bebé no nacido es un proceso profundo y personal. Puede implicar llorar, recordar, hablar, crear rituales de despedida y, en muchos casos, buscar acompañamiento profesional. No hay tiempos ni formas correctas: cada persona tiene su propio ritmo para sanar. El primer paso es darte permiso para sentir y reconocer la importancia de ese vínculo.
¿Cómo puedo honrar la memoria de un bebé no nacido?
Honrar a tu bebé es una forma de amor y de sanación. Puedes hacerlo creando una caja de recuerdos, plantando un árbol, escribiéndole una carta, nombrándolo o haciendo un ritual íntimo. Lo importante es que le des un lugar en tu historia y en tu corazón, desde la ternura y el respeto.
¿El duelo afecta al bebé nonato?
Si bien un bebé que aún no ha nacido no percibe el duelo como un adulto, las emociones intensas durante el embarazo sí pueden influir en el estado emocional de la madre. Por eso, si estás viviendo un embarazo tras una pérdida anterior o estás atravesando un duelo en gestación, es importante buscar contención emocional y apoyo terapéutico. Tu bienestar también es el del bebé.
¿Cómo se llama el duelo por aborto?
El duelo que se vive tras un aborto, ya sea espontáneo o inducido, se llama duelo perinatal. Aunque a menudo se invisibiliza, esta pérdida puede tener un impacto emocional profundo. Merece ser reconocida, nombrada y acompañada como cualquier otro duelo.
Palabras de aliento por la pérdida de un bebé no nacido
Te abrazo en este momento tan difícil. No hay palabras que puedan aliviar por completo tu dolor, pero sí quiero que sepas que tu amor por tu bebé existió, existe y seguirá existiendo. Aunque su vida fue breve, dejó una huella infinita en ti. Mereces vivir este duelo con respeto, compañía y compasión.
Pérdida de un bebé no nacido – Frases para acompañar
Aquí algunas frases que puedes decirte a ti misma o compartir con otras personas en duelo:
“Fuiste profundamente amado, aunque no llegaste a mis brazos”.
“Tu existencia fue breve, pero tu amor es eterno”.
“No importa cuánto tiempo estuviste conmigo, sino cuánto te soñé”.
Pérdida de un bebé en gestación
La pérdida durante el embarazo, ya sea en etapas tempranas o avanzadas, es una forma de duelo perinatal. A menudo se enfrenta en silencio, pero el dolor es real. Validar lo que sientes, hablarlo y buscar apoyo puede ayudarte a transitar este proceso con más cuidado y amor propio.
¿Cómo superar la pérdida de un bebé no nacido?
Superar no significa olvidar. Significa aprender a vivir con la ausencia y a integrar el amor que sentías por tu bebé en tu vida futura. Algunas personas lo logran a través del arte, otras hablando, otras acompañándose de un profesional. Lo importante es que no estás sola/o y que tu proceso merece respeto.
Reflexión cuando pierdes un bebé
Perder a un hijo que aún no ha nacido nos confronta con lo más frágil y profundo del amor humano. Es una pérdida sin recuerdos compartidos, pero con un lazo que ya estaba presente. No es necesario haber cargado en brazos a un bebé para sentir que era tuyo. El amor gestado también duele cuando se pierde.
Palabras para una mamá que perdió a su bebé en el vientre
Para ti, mamá que estás viviendo este duelo:
Tu dolor es válido. Tu amor fue real. Tu bebé existió, aunque el mundo no lo haya conocido. Llora lo que necesites llorar, rodéate de personas que respeten tu proceso y, si lo deseas, permite que te acompañemos a integrar esta pérdida con todo el respeto que merece.
Referentes
Depresión perinatal y duelo no autorizado – basado en El adiós antes del hola (Grupo ASV, 2022)
Otra dimensión crucial del duelo perinatal es la salud mental materna. A menudo se habla de la “depresión postparto”, pero se invisibiliza la depresión perinatal cuando hay pérdida. Según el Centro de Recursos para el Duelo Perinatal, hasta el 25% de las mujeres que sufren una pérdida desarrollan trastornos mentales perinatales, siendo la depresión una de las más comunes (Grupo ASV, 2022).
Este tipo de sufrimiento se agrava por el llamado “duelo arrebatado”: la presión social que minimiza la pérdida e invalida el dolor. No haber tenido la oportunidad de nombrar al bebé, realizar un funeral o incluso conservar un recuerdo tangible, contribuye a que las madres y padres sientan que su hijo “no existió” para los demás, lo que aumenta la posibilidad de un duelo complicado o patológico.
Además, se subraya cómo la expectativa de “superar rápidamente” la pérdida puede ser perjudicial. El duelo no se supera, se integra. Y hacerlo requiere tiempo, respeto por los ritmos personales y, en muchos casos, acompañamiento profesional especializado.
La importancia del entorno hospitalario en el duelo – basado en El duelo ante la muerte de un recién nacido (Bautista, 2020)
Una de las dimensiones menos visibilizadas del duelo perinatal es el papel del equipo de salud en los primeros momentos tras la pérdida. Las palabras, los gestos y las actitudes de quienes acompañan el proceso desde el ámbito médico pueden marcar profundamente el camino emocional de la familia, incluso años después del fallecimiento del bebé.
La Lic. Patricia Bautista (2020) enfatiza que la forma en que el personal de enfermería, neonatología y obstetricia comunica la gravedad del estado del recién nacido o su muerte debe ser cuidadosa, empática, clara y privada. El uso del nombre del bebé, permitir a los padres tener contacto físico, tomar fotos, conservar objetos y participar en ritos simbólicos contribuye significativamente a la elaboración del duelo.
Además, el entorno físico también importa: brindar espacios íntimos, no saturados de estímulos, y permitir que los padres permanezcan con su hijo el tiempo que necesiten ayuda a validar la pérdida y facilita la despedida emocional.